
El cuerpo humano es una maravilla de complejidad, donde cada sistema tiene su propio funcionamiento pero todos interactúan de manera eficiente para mantener el equilibrio. Uno de los sistemas más fascinantes y menos conocidos es el sistema nervioso entérico (SNE), una red de neuronas que recubre el tubo digestivo. Este sistema, a menudo denominado el “segundo cerebro”, desempeña un papel crucial en el proceso digestivo, y es un componente fundamental para comprender cómo nuestro cuerpo gestiona la alimentación, la absorción de nutrientes y la salud intestinal.

¿Qué Son las Neuronas del Tubo Digestivo?
El Sistema Nervioso Entérico (SNE)
El sistema nervioso entérico está compuesto por una extensa red de neuronas que se encuentran en las paredes del tracto gastrointestinal. Estas neuronas controlan una amplia gama de funciones digestivas, como la motilidad intestinal, la secreción de enzimas digestivas, la absorción de nutrientes y la comunicación entre las diferentes partes del tubo digestivo.
El sistema nervioso entérico se considera un “cerebro” autónomo porque puede funcionar independientemente del cerebro y la médula espinal. Esto significa que el SNE tiene la capacidad de manejar tareas digestivas sin necesidad de intervención directa del sistema nervioso central (SNC). Sin embargo, existe una fuerte comunicación entre ambos, a través de la vía vagal, lo que permite que el SNC influya en el funcionamiento del sistema digestivo.
¿Por Qué Se Llama el “Segundo Cerebro”?
El sistema nervioso entérico ha sido apodado el “segundo cerebro” debido a su increíble complejidad y capacidad para funcionar independientemente del cerebro. De hecho, se estima que el SNE tiene más de 100 millones de neuronas, lo que es más que la médula espinal y casi la misma cantidad que en el cerebro de un perro.
Este sistema no solo regula la digestión, sino que también está involucrado en la percepción del dolor abdominal, la sensación de bienestar intestinal, y la modulación del sistema inmunológico. En resumen, el SNE es crucial para la función intestinal y el bienestar general.
Funciones de las Neuronas en el Tubo Digestivo
Las neuronas del sistema nervioso entérico controlan muchos aspectos clave de la digestión, y su impacto va más allá de lo que inicialmente se podría imaginar.
1. Motilidad Intestinal
Las neuronas del tubo digestivo son responsables de regular la movilidad intestinal, es decir, el movimiento de los alimentos a través del tracto gastrointestinal. A través de una serie de contracciones musculares llamadas peristalsis, las neuronas del SNE coordinan los movimientos del intestino para asegurar que el alimento se mueva de manera eficiente, desde el estómago hasta el colon. Si este proceso se ve alterado, pueden surgir trastornos como el estreñimiento o la diarrea.
2. Secreción de Enzimas Digestivas y Ácidos
Otro papel crucial de las neuronas del SNE es la regulación de la secreción de enzimas digestivas y ácidos gástricos. Estas sustancias son necesarias para descomponer los alimentos en moléculas más pequeñas que el cuerpo pueda absorber. Las neuronas sensoriales en el SNE detectan el contenido de alimentos en el tracto digestivo y envían señales para que las células secretoras liberen estas sustancias esenciales.
3. Comunicación con el Sistema Nervioso Central (SNC)
A pesar de que el SNE puede operar de forma autónoma, comunica constantemente con el cerebro a través del nervio vago, que conecta el tracto digestivo con el cerebro. Esta comunicación bidireccional es fundamental para integrar las sensaciones del tracto gastrointestinal con las emociones y el estado de ánimo. De hecho, muchas personas experimentan ansiedad o estrés con molestias gastrointestinales, y esto se debe a la interacción entre el sistema nervioso central y el sistema nervioso entérico.
4. Regulación de la Flora Intestinal
Las neuronas del sistema nervioso entérico también están involucradas en la regulación de la microbiota intestinal. La flora intestinal, compuesta por billones de bacterias y microorganismos, desempeña un papel esencial en la digestión y salud general. El SNE, al influir en el entorno intestinal, ayuda a mantener un equilibrio saludable entre las bacterias buenas y malas.
5. Respuesta Inmunológica
El sistema nervioso entérico también se comunica con el sistema inmunológico, ayudando a regular la respuesta del cuerpo frente a patógenos en el tracto digestivo. Este sistema sensorial es esencial para detectar infecciones, toxinas o desequilibrios en la microbiota intestinal, lo que lleva a la activación de la respuesta inmunitaria.
Relación Entre el Sistema Nervioso Entérico y la Salud Mental
El Eje Intestino-Cerebro
La comunicación entre el cerebro y el sistema nervioso entérico ha dado lugar al concepto de “eje intestino-cerebro”. Este eje describe cómo el sistema digestivo y el cerebro están íntimamente conectados, lo que significa que las emociones, el estrés y la ansiedad pueden influir en la salud intestinal. De manera similar, un intestino desequilibrado o inflamado puede generar sensaciones de ansiedad, depresión y malestar emocional.
Investigaciones recientes sugieren que alteraciones en el funcionamiento del sistema nervioso entérico pueden estar asociadas con trastornos digestivos como el síndrome del intestino irritable (SII), así como trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad.
Neurotransmisores en el Intestino
El intestino produce una gran cantidad de neurotransmisores. De hecho, alrededor del 95% de la serotonina, un neurotransmisor relacionado con el bienestar y el estado de ánimo, se encuentra en el intestino. Esto resalta aún más la conexión entre el sistema nervioso entérico y la regulación emocional. Cuando hay un desequilibrio en la flora intestinal o en la función nerviosa, puede haber un impacto directo en el estado de ánimo y la salud mental.
Trastornos Relacionados con el Sistema Nervioso Entérico
El sistema nervioso entérico puede verse afectado por diversos factores, lo que puede dar lugar a trastornos como:
1. Síndrome del Intestino Irritable (SII)
El SII es un trastorno gastrointestinal funcional caracterizado por dolor abdominal crónico, distensión y alteraciones en el hábito intestinal (estreñimiento y diarrea). Se cree que el SNE juega un papel crucial en este trastorno, especialmente en la comunicación defectuosa entre el cerebro y el sistema digestivo.
2. Trastornos de Motilidad
Los trastornos de motilidad, como la dispepsia funcional o el trastorno de la motilidad esofágica, pueden surgir cuando las neuronas del SNE no funcionan correctamente, afectando la capacidad del tracto digestivo para mover los alimentos de manera eficiente.
3. Enfermedades Inflamatorias Intestinales
Trastornos como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa afectan tanto el sistema inmunológico como el sistema nervioso entérico, lo que contribuye a la inflamación crónica y el malestar intestinal.
El Sistema Nervioso Entérico como un Componente Fundamental de la Digestión
El sistema nervioso entérico es un componente esencial en la regulación de la digestión, la salud intestinal y el bienestar general. Conocido como el “segundo cerebro”, desempeña un papel fundamental en la motilidad intestinal, la secreción de enzimas y la comunicación entre el tracto digestivo y el cerebro. Su importancia va más allá de la digestión, ya que también influye en la salud mental y emocional a través de la conexión entre el intestino y el cerebro.
Mantener el equilibrio en el sistema nervioso entérico es clave para una buena salud intestinal y mental. Adoptar hábitos saludables, como una dieta equilibrada, el manejo del estrés y el ejercicio, puede mejorar el funcionamiento de este sistema y contribuir a la salud general.